El mito de Sísifo - El héroe absurdo
- Andy Martinez
- 6 may 2020
- 3 Min. de lectura

Albert Camus se erigió en el siglo XX como una de las figuras más importantes de la literatura, no solo por la calidad de sus novelas sino que también por el contenido filosófico en ellas. Además, publicó ensayos donde explicó de mejor manera sus ideas; en El mito de Sísifo Camus toma lo absurdo como punto de partida y se hace la pregunta fundamental de la filosofía: ¿vale o no la pena vivir?
Llega un momento en la vida del hombre en que interrumpe su rutina y piensa por un momento en su existencia, ese momento es el despertar y darse cuenta que la vida es absurda, que no hay un sentido profundo en las cosas. Así comienza este ensayo, con la cuestión sobre el suicidio, ya que suicidarse es confesar que la vida nos supera o que no la entendemos; es confesar que no vale la pena.
En la primera parte del ensayo, el escritor francés razona sobre lo absurdo, intenta definir qué es y cuáles son sus consecuencias.
Lo absurdo es el divorcio entre el hombre y su vida, nace de esta confrontación entre el llamamiento humano y el silencio razonable del mundo. La consecuencia del despertar es el suicidio o el restablecimiento.
El mundo para el espíritu absurdo es irrazonable, es el pecado sin Dios; la negación es el Dios de los existencialistas. Lo absurdo es aceptar que no se conoce si el mundo tiene un sentido que lo supera, pero también es saber que no conozco ese sentido y que de momento me es imposible conocerlo.
Entonces: ¿el suicidio es la solución para lo absurdo? No, para Camus la solución para lo absurdo es lo contrario al suicidio: es vivir como el condenado a muerte. El condenado a muerte, ósea el hombre, conoce su destino y está libre de toda ilusión futura, se rebela en contra de lo absurdo y se da cuenta que el más puro de los goces es sentir y sentirse en esta tierra.
Es así como Camus llega a tres conclusiones sobre lo absurdo: la rebelión, la libertad y la pasión. En esta primera parte define una forma de pensar, en la siguiente parte trata sobre el vivir al rebelarse de lo absurdo.
El filósofo enumera tres ejemplos: el amante, el comediante y el aventurero; estos son ejemplos del hombre absurdo, diferentes rostros puestos en escena por el hombre. Este mundo absurdo y sin Dios se puebla entonces de hombres que piensan con claridad y ya no esperan.
Antes de llegar a la parte final de este ensayo, Camus aborda al creador: el más absurdo de los personajes. Da un repaso sobre la obra de Dostoyevski, el autor que pasó la mayor parte de su vida pensando en la existencia de Dios, sin poder llegar a una respuesta concreta.
Crear es vivir dos veces, y todos intentan imitar, repetir y recrear la realidad que es la suya. El artista ilustra las consecuencias de los problemas morales que estos juegos del espíritu pueden tener en una vida humana.
En las últimas páginas el autor llega a su destino: el mito de Sísifo. El personaje griego es el héroe absurdo, tanto por sus pasiones como por sus tormentos. Vivió sus pasiones, se rebeló en contra de los dioses, y en su interior encontró su libertad. La conciencia humana es ese momento de la bajada de Sísifo en busca de la piedra, cuando reflexiona y contempla su propio tormento, es allí cuando uno debe imaginarse a Sísifo feliz. El trabajo absurdo solo es trágico en los momentos en que es consciente.
Los mitos estás hechos para que la imaginación los anime, llevan miles de años siendo una herramienta para poder explicarse la realidad, y es la herramienta que Albert Camus utilizó para explicar su filosofía de lo absurdo.
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