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La patria del criollo - Realidad colonial guatemalteca

  • Foto del escritor: Andy Martinez
    Andy Martinez
  • 21 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

No existe en la historia de Guatemala un proceso histórico más importante que la colonia: los tres siglos entre la conquista y la independencia son el germen histórico de la realidad de este país. Este también es uno de los periodos de la historia más ignorados, lo que ha provocado la invisibilización de realidades fundamental para entender el entramado social guatemalteco.


El doctor Severo Martínez Peláez se propuso en La patria del criollo descubrir estas realidades partiendo de los grupos sociales como personajes centrales, y a través de documentos históricos revelar la historia social de este periodo.


La obra comienza en el inicio de la colonia, utilizando la Recordación florida de Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán como ventana al pasado. Este criollo dejó en su crónica, de manera no intencional, retratado el pensamiento de los herederos de la conquista que dominaron el país por siglos. El Dr. Martínez Peláez deja claro que no pretende juzgar a los hombres de la época, ya que "su conducta estaba moldeada por factores históricos más poderosos que su voluntad".


La conquista del territorio no fue solamente la lucha armada, esta fue un recurso para llegar al sometimiento económico de la población, la verdadera conquista de Guatemala. Los primeros años fueron los más brutales: se sometía a la población indígena a un sistema de esclavitud que cambió con la introducción de las Leyes Nuevas.


Existía un forcejeo constante entre los funcionarios de la corona y los criollos como clase social, cada parte protegía sus intereses. Los criollos necesitaban el trabajo servil de los indígenas para el trabajo de sus tierras, y la corona necesitaba el tributo de estos siervos. Se llegó a un punto medio donde la explotación de los indígenas se limitaba para no exterminarlos, pero se ejercía un terror brutal sobre ellos para que no escaparan del control de los criollos.


A los criollos les debemos la idealización de la conquista, esa deformación histórica que aún no nos hemos quitado de la cabeza. Esta deformación alcanzó su punto más extremo y grosero en la idealización de Pedro de Alvarado, quien fue juzgado por la Corona española por sus abusos en contra de la población indígena.


Los criollos se asentaron en Guatemala a través de una existencia parasitaria, la base de aquella estructura social fue su régimen de trabajo servil. El repartimiento fue el mecanismo dentro del cual quedó conquistada la población indígena. La religión que les inculcaban era un doctrina de mansedumbre, obediencia y resignación.


Los rasgos esenciales y definidores de la clase criolla fueron la propiedad latifundista de la tierra y la explotación del trabajo servil de los indígenas.


El concepto de patria guatemalteca fue creado por los criollos, y en la patria del criollo los indígenas son y deben ser el complemento del tierra. En Guatemala se dio una explotación de tipo feudal.


Las ciudades eran centros de dominio y disfrute para los criollos, mientras que los indígenas vivían en los pueblos aledaños en la miseria, sin poder escapar de su realidad. Un pueblo era básicamente una cárcel con un régimen municipal.


Con el transcurso de la colonia surgió un nuevo grupo social: el ladino. Los indígenas eran una parte de la patria criolla, pero el ladino pobre era en ella un forastero obligado a trabajar a cambio de un diminuto trozo de tierra recibido en préstamo.


Esta capa media no puede ser reconocida como una clase social por sí sola, ya que en ella existió todo tipo de explotación: explotación por parte de los criollo a los ladinos, explotación entre ladinos, y explotación de ladinos a indígenas.


En la capa media surgieron nuevos terratenientes ladinos que fueron apropiándose de tierras comunales en los pueblos indígenas. Este pequeño número de ladinos alcanzaría el poder gracias a la reforma liberal, uniéndose a la clase criolla en la explotación de los indígenas.


El trabajo forzado fue uno de los grandes factores de la historia de Guatemala, incluso sigue estando vigente en las partes más profundas de este país. El régimen colonial fue un régimen de terror para la población indígena: sin el terror no se hubiera podido explotar en las formas que se hacía a una masa tan numerosa.


La conclusión a la que llega el Dr. Martínez Peláez es que los indígenas son un producto del régimen colonial, un resultado de la opresión y la explotación de los nativos. "La colonia fue la formación y consolidación de una estructura social que no ha sido revolucionada todavía, y a la que pertenecemos en muy considerable medida."


La patria del criollo es una obra fundamental para entender el entramado social que surgió a partir de la conquista de Guatemala, un entramado social lleno de problemas que todavía son relevantes. No concuerdo por completo con las aseveraciones que hace el Dr. Martínez Peláez sobre la cultura indígena actual, pero creo que su obra debe ser estudiada para entender la memoria viva de este país.

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