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Mujercitas - La historia detrás de las adaptaciones

  • Foto del escritor: Andy Martinez
    Andy Martinez
  • 25 feb 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 27 feb 2020


Desde principios del siglo XX el cine se ha nutrido de historias escritas en novelas populares. Las personas siempre han sido atraídas por ver en la gran pantalla a los personajes que imaginaron alguna vez mientras leían su novela favorita. Un siglo después, puede que los papeles hayan cambiado: ahora las películas llevan a los espectadores a conocer historias de libros que no han leído. Esta es mi experiencia: el ver Mujercitas de Greta Gerwig me llevó a leer la obra de Louisa May Alcott.


Parece ser que con cada generación nace la necesidad de hacer una adaptación de esta historia; existen siete adaptaciones, dos pertenecientes al cine mudo y cinco al cine contemporáneo.


¿Por qué Mujercitas se ha convertido en un clásico atemporal? Su historia está situada en un espacio y un tiempo bastante definido: el norte de Estados Unidos durante la Guerra de Secesión. Se cuenta la historia de la familia March, una madre que espera, junto a sus cuatro hijas, el momento en el que su esposo regrese de la guerra. No son características que se encuentran en todos los momentos de la historia.


Esta historia es un clásico atemporal porque no habla de la Guerra de Secesión, sino que habla de mujeres comunes y corrientes, con las que los lectores se identifican porque "Todos llevamos cargas, tenemos un camino que recorrer y nuestro anhelo de hacer el bien y alcanzar la felicidad nos guía para superar los contratiempos y los errores que nos separaran de la paz que impera en la Ciudad Celestial."


Sí, esta es una historia llena de puritanismo y moralidad, pero el señor Dashwood se equivocó al decirle a Jo que "...la gente quiere pasar un buen rato, no que le den un sermón. Hoy en día, la moral no vende." Se equivocó porque la historia de esta novela no es puramente un sermón, sino que está llena de espíritus aventureros que aman la libertad, el ingrediente que los lectores más jóvenes buscan.


Si bien la historia está contada desde la perspectiva de Jo en su mayoría (al ser una semi-autobiografía de Alcott), a lo largo del libro vamos conociendo a profundidad a Meg, Beth y Amy. Las cuatros mujercitas representan virtudes y vicios determinados, los cuales van superando al progresar con su vida. Esta es una historia de progreso de personajes, y tiene como protagonista a las hijas del matrimonio March.


Louisa May Alcott hace una crítica a la sociedad estadounidense de esta época; Jo aparece como el alter ego de la autora, una adolescente que no se comporta con la feminidad y el decoro que pide la sociedad, sino que lucha por ser independiente y ganarse la admiración de sus seres queridos.


La obra que actualmente conocemos contiene dos historias; originalmente Mujercitas era solo la primera parte del libro, pero tras el éxito de su publicación y el deseo del público de saber más de las protagonistas, Alcott publicó la segunda parte de la obra.


La primera parte cuenta el progreso de las March en su proceso por convertirse en mujeres; está llena de luz y alegría, características de la niñez, y la nostalgia provocada por verla desde el futuro. Las cuatro son muy unidas y se dedican a jugar y a ayudar a su madre en el hogar; su mundo cambia por completo cuando Meg, la mayor, se compromete con el Sr. Brooke. El proceso cumple su ciclo y las cuatro pequeñas comienzan un nuevo capítulo en su vida.


La segunda parte de la historia es más gris, nos enseña que "En toda vida, hay días de lluvia, días oscuros y días tristes y grises." Es una historia con un final feliz, pero parte de la felicidad es el dolor y la tristeza. El crecer como persona lleva a la protagonistas a experimentar situaciones desagradables que impulsa ese crecimiento.


La historia nos dice desde el principio el futuro de una de las protagonistas: "El mundo está lleno de mujeres como Beth, tímidas y tranquilas, que aguardan sentadas en un rincón hasta que alguien las necesita, que se entregan a los demás con tanta alegría que nadie ve su sacrificio hasta que el pequeño grillo del hogar cesa de chirriar y la dulce y soleada presencia desaparece para dejar tras de sí silencio y oscuridad." Alcott no huye de las experiencias negativas, sino que plasma en su obra una manera positiva de lidiar con ellas.


Mujercitas es una historia clásica atemporal porque la mayoría de mujeres que se sienten a leerla encontrarán algo con lo que se identifiquen; reirán y derramarán lágrimas mientras leen las páginas de este libro. Les enseña que "...ciertas cosas eran mucho más valiosas que los lujos que se pagaban con dinero... lo que realmente bendice una vida: amor, protección, paz y salud."


Louisa May Alcott dio una voz a quienes no la tenían en esa época, les permitió soñar y perseguir su "castillo en las nubes". Estimuló los espíritus libres y aventureros para que sean ellos mismos a través del amor y la virtud. Uno puede leer esta obra en cualquier momento de su vida y encontrará diferentes cosas para aprender.

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