top of page

The Office: más que una serie "sitcom"

  • Foto del escritor: René Molina
    René Molina
  • 13 abr 2020
  • 3 Min. de lectura

A lo largo de la historia de la televisión, han aparecido muchísimas comedias de situación (o sitcom, por su nombre en inglés de situation comedy), y cada una ha marcado a una generación distinta. De este género, hay para todos. Desde animadas como Los Simpson o Rick & Morty; pasando por comedias más elaboradas como Two and a Half Men o The Big Bang Theory; hasta llegar a series que ya forman parte de la cultura popular como Seinfeld o Friends. Es un concepto muy aclamado por los televidentes porque se presta mucho para acompañar alguna comida o echar unas risas 20 minutos antes de ir a dormir. Es un género que no depende de grandes explosiones ni villanos ni superhéroes sino personajes muy bien definidos interactuando entre ellos y resolver las situaciones más cotidianas que se puedan imaginar.


The Office, lanzada en 2005, no era un concepto original. Como muchas producciones estadounidenses, son éxitos copiados de otros países, en este caso de los británicos. En distintas entrevistas, los protagonistas comentan su preocupación de arruinar un concepto tan original (quizá ese sea el motivo que la primera temporada solo sean 6 episodios) como lo era The Office UK, escrita y estelarizada por Ricky Gervais. Sin embargo, la serie gringa sería un rotundo éxito y no terminaría sino hasta 2013.


Dejando a un lado la comedia incómoda y estúpida (de la cual disfruto muchísimo), considero que The Office trascendió porque trata un tema diferente: la segunda familia. Si bien es cierto que nosotros queremos a nuestros familiares (muchas veces por obligación), no compartimos la misma cantidad de tiempo que con las personas del trabajo; pero también aplica para colegios y universidades.


Ciertamente no podemos escoger con quiénes trabajar ni tampoco con quiénes recibimos clase; pero sí es nuestra decisión la manera en que nos comportamos y nos desenvolvemos con estas personas. Hasta podemos decidir cuánta confianza les damos. Y creo que ahí es donde The Office supera al resto de series. No es sencillo encariñarse con personas fuera de tu círculo familiar. No las conoces de nada; pero una vez se supera esa barrera, ya no hay retorno porque es muy difícil romper los vínculos de amistad que se crean entre dos personas.


La idea que alguien esté grabando lo que hacemos creo que es algo que todos pensamos en algún punto, ver lo mucho que cambiamos con el paso del tiempo y verlo como si fuera una película de nuestra vida. Y por eso también considero que The Office trasciende como serie sitcom porque retrata muy bien la vida. Personas que cuando las conocemos no nos imaginamos que puedan llegar a influir tanto en nuestra vida, terminan convirtiéndose en nuestros mejores amigos, como es el caso de Jim Halpert (interpretado por John Krasinski) y Dwight Schrute (interpretado por Rainn Wilson). O personas que nunca pensamos que iban a madurar, terminan cumpliendo sus sueños, como es el caso de Michael Scott (interpretado por Steve Carrell).


La serie es un gran arco para que todos los personajes se den cuenta que Dunder Mifflin es su casa y las personas que traban ahí son su familia; pero, como todo en nuestra vida, tiene un ciclo. Seguir con nuestros sueños, a pesar que nos duela dejar a esas personas atrás, es parte de nuestro crecimiento como seres humanos. Y no es que los abandonemos porque queremos sino porque es parte del hombre seguir adelante. Pero, como dije anteriormente, esos vínculos que se crean entre las personas son casi imposibles de romper. Por eso, da igual que pasen años sin ver a un amigo: el cariño seguirá intacto con el paso del tiempo y vamos a tener esos recuerdos para disfrutarlos como si el tiempo se hubiera detenido en esos instantes.


Para mí, The Office, vista de una forma muy simple, es una excelente serie. Grandes personajes con los que te logras identificar fácilmente, con los que vas a disfrutar lo complicado y absurdo que pueden convertir una situación por muy sencilla que se vea. Pero creo su mensaje va más allá. Considero que la serie promueve cierta tolerancia a esas personas con las que se comparte día a día. No me refiero a tu familia porque la familia te quiere por instinto. Me refiero a esas personas que vas conociendo fuera de tu burbuja, los que llamas compañeros y, luego, posiblemente, llegan a ser tus amigos, incluso el amor de tu vida. Crecer juntos y, en este caso, hacer de tu aburrido trabajo diario los mejores recuerdos de tu vida. Esas anécdotas que le vas a contar a tus hijos y de las que inevitablemente vas a sonreír de solo recordar a las personas que estuvieron ahí. ¿Quiénes son estas personas? Tu segunda familia.






Entradas recientes

Ver todo
Guatemala: siempre más

Jayro Bustamante dibuja, en La Llorona, la Guatemala actual, la del conflicto armado y la de la colonia.

 
 
 

Comments


bottom of page